Líderes del cambio

23 de Febrero de 2021

Diseño: Lucía Muñoz / PNUD Perú

El 2020 se presentó como un año lleno de desafíos sin precedentes en todo el mundo. La pandemia, y la crisis consecuente, han dejado en un balance precario a la “normalidad” y han obligado a crear sobre la marcha nuevos mecanismos para que las sociedades puedan continuar funcionando. En este contexto, en el Perú, los y las jóvenes se han configurado como el liderazgo para el cambio: miembros de la llamada Generación del Bicentenario que tomó las calles para hacerse escuchar, las redes para informar, y la creatividad para innovar, son hoy actores fundamentales del desarrollo y serán quienes lideren la nueva normalidad. 

La población del Perú está conformada en una cuarta parte por personas jóvenes, estas son, a la vez, una tercera parte de la población en edad de trabajar. Y, aunque tradicionalmente se habla de la juventud como un grupo generacional homogéneo (millenials, centennials, la Generación del Bicentenario), no puede estar más alejado de la realidad. Los y las jóvenes son, al fin y al cabo, personas que viven en contextos diversos, con prioridades y preocupaciones distintas. De acuerdo con la OCDE, 38,5% de las y los jóvenes peruanos sufren privaciones en más de una dimensión del desarrollo; estos números se incrementan en mujeres (40,4%), jóvenes rurales (68,3%) y jóvenes en pobreza y extrema pobreza (63,7%, 85,4%). Justamente esta heterogeneidad, combinada con la creatividad, es que hace que sea tan importante impulsar la participación de la juventud, e incluirles en los procesos de desarrollo y toma de decisiones. 

El mundo posible

“Los jóvenes ven el mundo posible. Corremos el riesgo de perder la voz de ciudadanos que tienen el mismo valor que cualquier otro”, dice Victor Quinteros, Gerente de Participación Vecinal de la Municipalidad Metropolitana de Lima. 

Para Quinteros, la participación de la juventud es fundamental y debe ser activa: que estén en las mesas de trabajo, que identifiquen problemas y propongan soluciones, y que puedan tener el poder de tomar decisiones. Es así que la Municipalidad ha desarrollado la Estrategia Metropolitana de Juventudes (EMJ), donde el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) brindó asistencia técnica en los componentes de Medio Ambiente y Creación Social. 

Para la construcción de la estrategia se realizaron 24 talleres en las cuatro Limas (Lima Centro, Lima Norte, Lima Sur y Lima Este), de los que participaron más de 1400 jóvenes diversos. En estos, identificaron problemas y sus posibles soluciones, en ocho ejes prioritarios: 1) Salud y estilos de vida saludables, 2) participación juvenil, asociacionismo y gobernabilidad, 3) ambiente y conservación, 4) educación de calidad y acceso, 5) empleabilidad y emprendimiento, 6) culturas e identidades, 7) creación e innovación social, 8) cultura de paz y prevención de la violencia; que guardan una estrecha relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030.  Asimismo, pasó por un proceso de validación que contó con 6 talleres. 

La estrategia impulsará la participación formal y facilitará la inclusión de organizaciones juveniles en los procesos de desarrollo, buscando cerrar una brecha importante a la que nos enfretamos actualmente. En el registro oficial de la Secretaría Nacional de la Juventud (SENAJU) figuran 65 organizaciones juveniles registradas en Lima Metropolitana, sin embargo, durante el proceso de construcción de la estrategia se encontraron 290 organizaciones que ya están tomando acciones dentro de sus comunidades. De igual manera, se encontró que el 40% del liderazgo de las ollas comunales del programa Manos a la Olla, que ha sido clave en el apoyo a las poblaciones más vulnerables en el contexto COVID-19, es de jóvenes. 

A través de un trabajo multisectorial y multiactor, se espera que la Estrategia Metropolitana de Juventudes (a nivel de Lima), en conjunto con la Política Nacional de Juventud (a nivel nacional), pueda reconocer e impulsar más liderazgos como estos, promover la participación política de la juventud, y que así, se puedan reducir las vulnerabilidades a las que se enfrentan en diversos ámbitos de la vida. Que puedan construir desde ya y para el futuro, un mundo lleno de posibilidades. 

Facilitar las oportunidades 

Es fundamental facilitar espacios y brindar oportunidades para que la juventud pueda desplegar sus capacidades. Desde el año pasado, el PNUD en el Perú viene impulsando fuertemente iniciativas participativas que involucran a la juventud en todo el país.

Así, al inicio de la primera cuarentena generalizada en el país, junto al Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS) se movilizaron más de 12 mil voluntarios que hicieron monitoreo y acompañamiento telefónico a más de 200 mil personas de la tercera edad en condición de pobreza y extrema pobreza; haciendo seguimiento sobre sus síntomas y situación emocional. 

Para aportar a la reactivación socioeconómica de los mercados de abastos tradicionales, en alianza con el Ministerio de la Producción, Toulouse Lautrec y la red Peruana de FabLabs, se realizó la simbiocreación “Innova tu mercado”, donde 50 jóvenes líderes desarrollaron ideas e iniciativas para la seguridad de los procesos y la reducción del riesgo en mercados. Ahora, el piloto de Innova tu Mercado está siendo prototipado con más de 1000 comerciantes y 15 000 consumidores en mercados de abastos de Lima Metropolitana.

Con miras a los procesos electorales de 2021 y 2022, el PNUD también busca promover la participación juvenil, un grupo que ha sido tradicionalmente relegado de los espacios políticos. Así, la plataforma “RedPública” funcionará como un espacio de encuentro y difusión de información de calidad, para que los y las jóvenes puedan armarse de recursos y ejercer su ciudadanía de forma libre. Como parte de estos esfuerzos, también se están realizando capacitaciones sobre verificación de la información dirigidos a  jóvenes, dentro del marco de la alianza de verificación de datos, Ama Llulla; empoderando a la juventud para que no se dejen engañar. 

Así, el PNUD apuesta por la inclusión y la participación de los y las jóvenes, reconociendo el potencial clave que tienen en el proceso del desarrollo. No son solamente el futuro, son el presente, y ya desde sus capacidades están trabajando e innovando para crear soluciones que cierren brechas de desigualdad, reduzcan vulnerabilidades y aporten a crear el mundo posible.