Durante décadas Lima celebró la llegada de la emblemática flor de Amancaes en las lomas, con una conexión especial desde tiempos milenarios. Pero la ciudada creció de forma caótica y las lomas se conviertieron en lugares para vivienda. En una capital que carece de áreas verdes y agua, su conservación es crucial, más aún cuando este ecosistema de 20,000 hectáreas le brinda diversos beneficios como la captura de agua de neblina.

Para asegurar su conservación, en los últimos cinco años el proyecto EbA Lomas, implementado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), bajo la dirección del Servicio de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP), ha trabajado en la creación de mecanismos de conservación y gestión que permitan la protección de las lomas de Lima.

“Las lomas son claves para la recuperación más inclusiva y verde del Perú. A partir de esta iniciativa hemos trabajado junto al gobierno, el sector privado y sobre todo con la ciudadanía para conservarlas y ahora su legado queda en buenas manos", destacó la representante residente del PNUD, Bettina Woll, durante el evento de cierre del proyecto.

Entre los principales resultados está la creación de la primera Área de Conservación Regional (ACR) en la capital: “Sistema Lomas de Lima”, que protege 13,475 hectáreas, equivalente a 270 parques zonales, de cinco lomas: Ancón, Carabayllo 1, Carabayllo 2, Amancaes y Villa María.

Otro logro importante en este trabajo conjunto es la formalización de la Red de Lomas del Perú, donde asociaciones sin fines de lucro y personas conservan y ponen en valor estos ecosistemas. “Lo que nos toca ahora Red de Lomas es seguir trabajando para lograr más alianzas, presentar y lograr conseguir proyectos para nuestras lomas. El proyecto EbA Lomas, entre otras cosas, al formalizarnos, nos ha abierto el camino para que nosotros solos podamos continuar y seguir creciendo”, enfatiza Jorman Cabello, presidente de Haz tu mundo verde, asociación a cargo de gestionar las Lomas El Mirador, en San Juan de Lurigancho.

Asimismo, se implementaron proyectos de planes de econegocios de organizaciones sociales y se puso en marcha el sistema automatizado de riego y estaciones ligeras de monitoreo de niebla; así como dos viveros de gestión social.

"Las lomas son una bendición y una lucha muy fuerte porque hay personas que, por desconocimiento, las invaden. No es fácil, pero estamos aquí para seguir luchando por cuidarlas y dejar un legado a la sociedad limeña", aseguró Enma Rojas, presidenta de la Comunidad Campesina de Jicamarca.

Por su parte, James Leslie, asesor técnico del PNUD, recalcó que el mayor impulso por el que se ejecutó el proyecto EbA Lomas fue el potencial de las organizaciones sociales de las lomas. "La participación activa de las organizaciones sociales, la empresa y el gobierno es un elemento clave. La iniciativa ha ayudado a construir y fortalecer los puentes entre estas diversas organizaciones para conservar las lomas”.

Si bien concluye el proyecto Eba Lomas, los retos para la conservación del ecosistema de lomas continúan, teniendo como iniciativas pendientes consolidar el reconocimiento del Área de Conservación Privada Lomas de Collique y el reconocimiento como sitios arqueológicos y paisaje cultural de las lomas pertenecientes al grupo 2, Mangomarca y Cicazos.

"Lima tiene un déficit enorme de áreas verdes. La recuperación y conservación de las lomas es un tesoro que se merece la ciudad y sus próximas generaciones. El Plan Nacional de Lomas Costeras buscará cuidar este último pulmón de Lima", resaltó al respecto José Álvarez, Director General de Diversidad Biológica del Ministerio del Ambiente.