Shiringa que cuida El Sira

En los últimos veinte años se han deforestado más de 43 mil hectáreas de bosques en el distrito de Puerto Bermúdez, según la plataforma Geobosques del Ministerio del Ambiente. La producción sostenible del caucho silvestre o shiringa pueda contribuir a un mejor cuidado de la de sus bosques

16 de Diciembre de 2020

“Mi esposo Mamerto se va a picar shiringa a las 3 de la mañana. Yo le espero en la casa porque le ayudo a laminarla y secarla”, cuenta Betty Canchivo de la comunidad asháninka Madre de Dios en Puerto Bermúdez, Pasco, describiendo así una de las fases del proceso de transformación del látex, que se extrae del árbol de la shiringa.

La historia de Betty no se compara a la vivida por miles de indígenas quienes sufrieron lo estragos por la fiebre del caucho durante el siglo XIX, debido a que fueron sometidos a trabajos forzados. Fue la época, además, donde se talaron miles de hectáreas de bosque para extraer shiringa debido a la gran demanda mundial por el caucho. Hoy, el presente dibuja un mejor panorama: los árboles de shiringa se han recuperado, y con ellos la fe de Betty y su familia de continuar viviendo en el bosque amazónico, de manera segura y sostenible, bajo la apacible sombra de sus shiringales.

El árbol de la shiringa (Hevea brasiliensis) o caucho natural es una especie forestal no maderable que existen en los bosques amazónicos de Perú, Brasil, Colombia y Bolivia. De la corteza del árbol se extrae el látex para fabricar suelas de zapatos, protectores de laptop, bolsos, mochilas, llaveros y otros objetos utilitarios.

 “De 120 árboles, podemos sacar un aproximado de 8 litros de látex. Haciendo un cálculo, podemos ganar S/ 300 soles mensuales. Sin embargo, ahora podemos colocar el látex en una secadora para hacer láminas. Por eso nos pagan mejor. Más aún si a esas láminas le ponemos tintes de colores, comenta Wilson Piñanco, vecino de Betty.

Con orgullo, también Betty da cuenta de la pequeña fábrica en medio de su bosque, donde existen módulos construidos para el secado de shiringa. “Yo seco las láminas bajo techo de palmiche, y cuido que no le entre el hongo. Estiro bien shiringa, pongo el tinte de color y lo seco por 15 días”.

Tanto Betty como Wilson pertenecen a la Asociación de Familias Productoras de Caucho del Río Pichis, conocida como AFAPROCAP, conformada por 120 socias y socios de 25 comunidades nativas pertenecientes a la Reserva Comunal El Sira en Pasco.

Gracias al trabajo articulado con el Servicio Nacional de Áreas Protegidas por el Estado (SERNANP) y el Ejecutor del Contrato de Administración de la Reserva Comunal El Sira (ECOSIRA), y con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) a través del proyecto Amazonia Resiliente, las familias productoras de shiringa de las comunidades Madre de Dios y Loreto reciben capacitación técnica para el manejo, transformación y comercialización de látex de shiringa o caucho.

Actualmente, ambas comunidades pueden aprovechar más de 1,200 hectáreas de bosque de shiringa, contando con casi 2,000 árboles productores, según la declaración de manejo de látex de shiringa, aprobado por la autoridad forestal de SERFOR. Así, estas comunidades se vienen preparando para ofrecer al mercado látex y láminas de caucho de color, y próximamente productos artesanales.

 

Shiringa Vigilante

 

“Hace algunos años había más árboles de shiringa, pero ahora hay menos y más chacras. Es cierto que también hay fuertes vientos que tumban los árboles, pero más se pierden cuando viene gente fuera de la comunidad bloqueando estradas (caminos que unen árboles de shiringa) y tumbándose árboles. Ahora estamos nosotros para vigilar que nadie entre”, alerta Oscar Ramirez, presidente de AFAPROCAP, quien asume además el papel de vigía de los shiringales de El Sira junto a otros comuneros, gracias a los acuerdos de conservación establecidos con el área protegida a través de la cogestión con Ecosira. En ese sentido, las familias shiringueras no solo aprovechan el látex de manera sostenible bajo planes de manejo, sino que también son guardianas de sus bosques ante presiones como tala ilegal e invasiones.

La actividad shiringuera renace todos los años entre julio y agosto, con árboles cargados de látex listos para su extracción y aprovechamiento sostenible. Sin embargo, las comunidades no solo viven del látex, sino que también los bosques de El Sira les ofrecen otros beneficios como las semillas, los árboles maderables como tornillo (Cedrelinga cateniformis), chamairo (Mussatia hyacinthina) y palmeras como el tamshi (Thoracocarpus bissectus). Si se deforestan sus bosques, también desaparecen con ellos importantes servicios ecosistémicos que les garantiza su bienestar.

“Cuando hay ganancia nos dividimos la mitad con Mamerto. Yo me quedo con S/200 para los gastos de alimentación y compra de útiles de mis hijos”, menciona Betty.

 “El resto lo utilizo para comprar combustible para mi bote”. Este año no nos fue muy bien por la pandemia. Pero quiero seguir trabajando en la shiringa porque seguro nos irá mejor”, comenta Mamerto, su esposo.

En los últimos veinte años se han deforestado más de 43 mil hectáreas de bosques en el distrito de Puerto Bermúdez, según la plataforma Geobosques del Ministerio del Ambiente. La producción sostenible del caucho silvestre o shiringa pueda contribuir a un mejor cuidado de la de sus bosques, ayudando a mejorar los ingresos de las familias productoras. Las comunidades de El Sira lo saben. Que lo sepan también las empresas y los consumidores, cada vez más preocupados hoy sobre cómo enfrentar los riesgos de la crisis climática y la supervivencia de poblaciones de nuestra Amazonia.

Nota.- En diciembre del 2019, el Sernanp a través de la cogestión con Ecosira firmó acuerdos de conservación para mejorar la producción de shiringa buscando  beneficiar a 77 familias de las comunidades de Madre de Dios y Loreto de El Sira,  impulsando las mejoras de sus capacidades bajo un enfoque intercultural.